Recomiendo hacer voluntariado. Es muy gratificante y formativo, todos los días aprendes algo nuevo. No es necesario tener estudios o ser el mejor en algo, solo tienes que aportar lo que tengas que puede ser tiempo, una sonrisa, formación académica, motivación, apoyo, etc.
Mi nombre es Ángeles García Campillo, soy voluntaria y coordinadora de voluntariado en FSG La Línea. En el año 2022 comencé el Ciclo Superior de Promoción de Igualdad de Género en La Línea de la Concepción y desde el instituto pude conocer el trabajo de la FSG. Me interesé por su labor y me ofrecieron pertenecer al equipo del voluntariado. Desde ese día soy voluntaria, una decisión acertada y muy reconfortante.
Desgraciadamente las Administraciones no pueden cubrir todas las necesidades que demandan las entidades, por ello la persona voluntaria la asemejo con una escalera que llega a donde no alcanza la Administración. El voluntariado aporta lo más valioso que existe, el tiempo, pero también recibes algo muy importante, gratitud y mucho cariño. Recibo más de lo que doy.
Mi actividad como voluntaria la realizo en el programa educativo llamado Promociona. Dicho programa lo integran niñas y niños desde Educación Primaria hasta que finalizan 4º ESO. Por las tardes reciben un apoyo escolar en el que se les impulsa a estudiar y motivarlos para que terminen con éxito sus estudios y continúen en ellos. Suelo ir todas las tardes que mi tiempo me permite. Mi actividad consiste en ayudar y ofrecer las herramientas necesarias para que el alumnado pueda realizar sus tareas de clase y esté motivado en estudiar. Lo más importante es que saben que estas su lado y sin los prejuicios que tienen parte de la sociedad.
Son estos momentos en los que me olvido de mi cansancio diario, mis problemas, mi trabajo, en definitiva de “mi Yo” porque estos niños y niñas me dan lo que no se puede comprar ni obtener en ningún sitio y es su cariño y gratitud, con tan solo una mirada o una pregunta cuando me ven mal. Si el cariño que recibiera se pudiera sustituir por dinero, tengo que decir que sería la mujer más rica del mundo. Este cariño no solo se recibe en el aula, también por la calle cuando me los encuentro. Lo primero que hacen es darme un beso y después preguntar si voy al día siguiente al aula. El orgullo y la satisfacción que siento son inexplicables.
Por ello, recomiendo hacer voluntariado. Es muy gratificante y formativo, todos los días aprendes algo nuevo. No es necesario tener estudios o ser el mejor en algo, solo tienes que aportar lo que tengas que puede ser tiempo, una sonrisa, formación académica, motivación, apoyo, etc.